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viernes, 2 de agosto de 2019

LOS DESAFÍOS DEL CONTADOR PÚBLICO


Leer es poder - Atrevete a leer
Autor: Mario Ernesto Castillo Guzmán
La contaduría pública ha experimentado cambios a través de la historia, quienes la ejercemos hemos pasado de ostentar el título de contador público certificado al de licenciado en contaduría pública, de los registros manuales a los digitales, de los principios de contabilidad generalmente aceptados a las normas internacionales de información financiera, de la auditoria en papeles a la digital, etc., y eso no acaba ahí sino que hay muchos desafíos que enfrentar.
El ámbito laboral en que los contadores públicos nos desenvolvemos es amplio, por ejemplo podemos trabajar como auxiliares contables, sub contadores, contadores, auditores internos, contralores, jefes de personal, gerentes administrativos, gerentes financieros, asistentes de auditoria, encargados de auditoria, gerentes de auditoria, etc.
En el pasado los contadores públicos se limitaban a ver la parte contable y de auditoria, sin embargo el mismo desarrollo de la profesión nos ha llevado a intentar ser intérpretes del derecho (laboral, mercantil, civil y tributario entre otras ramas).



Lo anterior provocó que los programas de estudio en las universidades se actualizarán, para incursionar en materias como el derecho civil, mercantil y tributario, sin embargo hay que ser honestos en cuanto a que dichos conocimientos no nos vuelven un especialista del derecho como lo son los abogados.
Actualmente para desempeñarse como contador se necesita conocer las NIIF versión completa o la NIIF PARA LAS PYMES, cuya literatura es amplia y especializada; si nos dedicamos a la auditoria además de dominar los marcos de contabilidad antes mencionados, también se deben conocer las Normas Internacionales de Auditoria y las leyes tributarias.
Independientemente del área en que se desempeñe un contador público, lo que es evidente es que se requiere de conocimientos especializados, lo que implica muchos años de estudio y una permanente capacitación.
Para desarrollar lo mejor posible nuestro trabajo, necesitamos de la academia (universidades) quienes son los que se encargan de formar a los futuros contadores públicos; ¿Y qué pasa con las personas que ya salimos de la universidad? Bueno, ahí es donde las gremiales dan su aporte al promover capacitaciones para mantenernos actualizados.
Hay colegas que aportan a la profesión desde las aulas de las universidades (docentes), y otros que lo hacen desde las Juntas Directivas de la gremiales. Ambas trincheras son la fuente de la percepción que la sociedad tiene sobre nuestra profesión.



En las aulas cuesta encontrar un docente que tenga el don de saber enseñar, ya que no es solo el conocimiento teórico el que se necesita, sino el práctico que viene a ser el operativo. Hay docentes excelentes en la teoría, pero que su práctica es limitada o nula, entonces solo transmiten teoría, pero hay otros que tienen ambos conocimientos y ahí está el valor agregado que beneficia a la profesión.
En las gremiales es otro rollo, ahí se necesita gente que tenga pasión por la profesión, sentido de solidaridad, que no tengan egoísmo profesional y que estén dispuestos a trabajar sin esperar nada a cambio; esas personas son especie a punto de extinguirse, algunos las llaman QUIJOTES o locos, por buscar una mejor profesión.
Las gremiales necesitan de gente joven que se atreva a intentar mejorar cada día la profesión, y eso es lo más difícil en esta trinchera, ya que a la mayoría de los jóvenes no les gusta tener obligaciones de esta índole, sino que les agrada estar en la zona de CONFORT, en donde en el mejor de los casos están afiliados a una gremial y solo pagan una cuota mensual y no se preocupan de nada más. Pero en la mayoría de las veces, no están afiliados a ninguna gremial, porque no lo consideran necesario. 



El cambio de la profesión no se va a lograr por arte de magia o por buenos deseos, sino que requiere que lo construyamos día a día, poco a poco, con paciencia, pero siempre avanzando hacia adelante.
Si los jóvenes no se involucran en las gremiales, las cosas no cambiaran mucho y siempre nos vamos a quejar que a los contadores públicos nos ven COMO UN MAL NECESARIO. ¿Queremos que esta percepción cambie? Bueno, entonces hay que empezar a trabajar para cambiarla.
El primer paso que se debe dar para tratar de tener una mejor profesión, es afiliarnos a la gremial de nuestra preferencia, para conocer de primera mano ese mundo maravilloso de sentirse parte de un todo (gremio), muy a pesar de sus imperfecciones en su funcionamiento. Muchos contadores y auditores, ven esto como un gasto y no como inversión, ya que nuestro sistema educativo forma a ciudadanos individualistas, quienes no están acostumbrados a trabajar en forma colectiva. 

El cambio tiene que ser real y a todo nivel, razón por la cual los integrantes de las Juntas Directivas de las gremiales deben cambiar su forma de actuar ¿Cómo es eso?, la regla general hasta ahora ha sido que los directivos son quienes deciden los destinos de la gremial (metas), lo cual debería cambiarse, es decir que sean los Miembros quienes decidan las metas de la gremial para el próximo año, específicamente cuando se define el plan de trabajo.

Las metas u objetivos de una gremial deberían ser definidas por sus Miembros en una Asamblea General convocada específicamente para ello, y no a criterio de la Junta Directiva de turno; para ello los directivos deben enviar por correo electrónico un detalle de propuestas de metas y solicitar a los Miembros que comuniquen un objetivo que debe lograr la gremial, y en esa Asamblea General se aprueban los que puedan proceder. 

Actualmente la forma de la toma de decisiones es unilateral por parte de los integrantes de las Juntas Directivas, lo que ocasiona un alejamiento con sus afiliados que genera falta de identificación hacia su gremial, debido a que no son tomados en cuenta para definir su destino; esto es algo similar a lo que se ha dado en los partidos políticos, en donde el pueblo no fue tomado en cuenta en las decisiones neurálgicas del país durante muchos años, y eso provocó un cambio de partido en el órgano Ejecutivo el pasado 3F.


Por otra parte, el avance tecnológico nos agobia a quienes pasamos de cincuenta años, pero a los jóvenes les encanta, por lo que en un futuro no lejano esta modalidad de comunicación se va imponer en el interior de las gremiales, a tal grado que las capacitaciones ya no serán presenciales, las votaciones para elegir a los directivos se harán on line (Internet), las sesiones de Junta Directiva y de Asambleas serán virtuales, las tomas de decisiones que sean urgentes se harán por medio de grupos de WhatsApp, los libros de actas de las Juntas Directivas y los estados financieros estarán en digital para las consultas de sus Miembros, etc.

¿Qué tan preparadas están las gremiales para adaptarse a colegas que sean catalogados como Millennials? Hoy por hoy, se puede decir que no hay visión integral para transitar a esta etapa, que ha llegado para quedarse, queramos o no. Esto obliga a las gremiales a prepararse lo mejor posible para ello. 

La transición de la generación pre digital a la digital se ha dado como parte del avance de la humanidad, sin embargo algunos la ven como una generación pérdida o un desastre, otros piensan que una generación puede aprender de la otra, aunque no tienen por qué aprender de la misma manera; la tecnología vino para quedarse y no es mala, si la sabemos enfocar ¿Pero qué tanto estamos preparados para no dejarnos absorber por ella en nuestros trabajos?

A este escenario de cambios a los que nos enfrentamos los contadores y auditores, hay que sumarle los que sin duda el Consejo de Vigilancia de la Profesión de la Contaduría Pública y Auditoría, implementará en un futuro sobre la parte técnica.

El tan ansiado cambio que todos demandamos para nuestra profesión, empieza por que cada uno de nosotros cambiemos nuestra forma de pensar y actuar respecto a ella, !Basta de ser individualistas¡, es la hora de comprender que tenemos que actuar unidos como un solo colectivo, por lo que el primer paso en firme a dar, es afiliarnos a la gremial de nuestra preferencia, luego tomemos la iniciativa de incorporarnos en alguna de sus comisiones de trabajo y si realmente estamos identificados con la contaduría pública no le temamos a ser parte de la Junta Directiva de una gremial.